INTELIGENCIA ARTIFICIAL
Comunidad Judicial
martes, 20 de febrero de 2024
LA NUEVA REVOLUCIÓN TECNOLÓGICA
Durante los últimos meses hemos presenciado una creciente ola de noticias sobre el avance de la Inteligencia Artificial (generalmente haciendo referencia a CHATGPT), prometiendo el inicio de una nueva revolución tecnológica, productiva y laboral tan importante como la masificación de las computadores personales o la máquina de vapor.
Estas noticias tienden a estar marcadas por una postura cuasi apocalíptica que promete el fin del trabajo administrativo. Así como el de la revolución industrial fue un golpe mortal para la masividad del trabajo artesanal, las Inteligencias Artificiales vendrían a destronar a los empleados administrativos, intelectuales y aquellos que se desempeñan en oficinas en general. Se asoma así en el horizonte la utopía de la patronal: un trabajo sin humanos, o sea un trabajo sin salario ni sindicatos. Obviamente, nadie se toma el trabajo de pensar en estas notas qué pasaría con los empleados administrativos que serían reemplazados.
No consideramos que este sea el momento para hablar sobre si realmente la Inteligencia Artificial logrará todo lo que promete, basta con ver las películas de ciencia ficción de la década del 50 que prometían que para el año 2000 los humanos colonizaríamos las estrellas para darse cuenta que intentar predecir el futuro es un trabajo tan difícil como absurdo. Lo que sí sabemos, en especial luego de las experiencias sindicales fruto de la masificación del teletrabajo luego de la pandemia de Covid-19, es que cualquier postura luddita que busque enfrentarse y negar los cambios tecnológicos está condenada al fracaso.
El eje del debate no está en si se debe usar, o no, inteligencia artificial en el lugar de trabajo. Los avances tecnológicos no se dan en el vacío, sino que se aplican en situaciones reales y puntuales. Hay que distinguir el QUÉ (la tecnología puntual) del CÓMO (el método de aplicación de esa tecnología en una situación real).
Nuestro trabajo como sindicato y trabajadores va a ser disputar CÓMO se aplica la inteligencia artificial para mejorar y facilitar el trabajo de nuestras compañeras y compañeros.
Volvamos a la experiencia que sufrieron muchos gremios con la irrupción dell teletrabajo. La tecnología puntual nos permite acceder desde la PC de nuestro hogar a la de la oficina. Ahora, tenemos dos extremos tensando la soga respecto a cómo aplicar esa tecnología. Por un lado, una patronal esperando que los costos de esta tecnología caigan sobre los trabajadores y que estos estén dispuestos a conectase las 24 horas, los siete días de la semana, para sacar una pila de trabajo imposible para la cantidad de trabajadores contratados. Por otro lado, estamos los trabajadores que buscamos en el teletrabajo un mecanismo que nos permita ahorrar costos de transporte y comida, y ganar un mayor grado de autonomía durante la jornada laboral.
Como podemos ver, cualquier nueva tecnología puede ser aplicada de diversas maneras con resultados completamente diferentes y que pueden generar perjuicios muy graves si no contemplan los intereses de la sociedad y los trabajadores.
Por eso, cuando las noticias sobre las Inteligencias Artificiales empiecen a insinuar que nos vamos a quedar sin trabajo, o que los trabajadores vamos a tener que ceder derechos laborales, convertirnos en monotributistas, bajar el precio por el cual vendemos nuestra fuerza de trabajo, tenemos que leer esta información con un ojo crítico.
Porque estas notificas no están informando sino que realizan una bajada de línea. Nos preparan para aceptar como la única posibilidad un CÓMO respecto a la aplicación de esta tecnología que solo sirve a los intereses de los grandes capitales y las patronales. Y no hay que olvidar que, si uno necesitar ir a trabajar y tener un sueldo mensual para poder vivir, no tiene los mismos intereses que esas personas.
Saludaremos el ingreso de la Inteligencia Artificial como un mecanismo que simplifique el trabajo de las y los compañeros descomprimiendo la sobrecarga de trabajo y disminuyendo la jornada laboral, pero seremos los trabajadores los que tengamos que pensar y discutir sobre su mecanismo y aplicación. Mientras tanto, no nos dejemos engañar con espejitos de colores.
*El contenido del artículo pertenece exclusivamente al autor.
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